“Estos trabajos sencillos hacen sencillo al hombre y es muy difícil ser sencillo”
Carl Gustav Jung

 

Cuando tenemos un conflicto que nos coloca entre algo aparentemente irresoluble, nos empeñamos en solucionarlo con la mente, pensando compulsivamente esperamos encontrar una respuesta. Esta, no llega nunca así, en forma de idea. En estas situaciones en las que nos colocamos entre el espíritu o la ley del mundo, entre lo público y lo privado, entre la conciencia íntima y lo que nos piden, podemos abandonarnos al amor y la atención en cada trabajo manual, en cada ritual que realicemos en el día a día. La concentración en lo manual, en la vida sencilla de la casa, de la tierra, de la leña, de la cocina, los quehaceres cotidianos de cada uno.

Así la mente deja de molestar tanto cuando uno se entrega al instante presente ordenado, detrás de una cosa otra. Sin pensar demasiado.

En una de sus peores crisis personales, Jung, psiquiatra humanista y profundo investigador del alma humana, se fue a un campo que se compró y escribía : “He renunciado a la electricidad y enciendo yo mismo la lumbre y la estufa. Por la noche , enciendo los viejos candiles. Tampoco hay agua corriente; tengo que ir yo mismo a la bomba. Parto la leña y guiso. Estos trabajos sencillos hacen sencillo al hombre y es difícil ser sencillo” (del libro Recuerdos, sueños, pensamientos de C. G. Jung).

El cuerpo nos ayuda a redimir los fantasmas, nos guste o no, lo externo es un reflejo de lo interno. Cuidar el hogar sagrado, nuestro cuerpo, donde reposan las cenizas de nuestros antepasados y por lo tanto viven y moran en ellas. Gracias al trabajo manual del hogar, del campo, de la cocina, y a los rituales cotidianos sencillos, podemos ir trascendiendo conflictos acuciantes y soltando la angustia de tener que solucionar algo cuando no podemos. No huir de lo oscuro sino abrazarlo con humildad, soltarlo no a través de rumiarlo ni pensarlo, sino dejar que las cosas se manifiesten a su debido tiempo y dejen de manifestarse, es el ciclo de la existencia. No huyas del problema, abrázalo y hazle espacio en tu vida hasta que deje de ser un problema.

El simple concepto de sencillez, no es más que eso, una reducción necesaria para podernos entender al hablar de comenzar a vivir sin buscar destellos luminosos por todos los rincones. Los destellos aparecerán solos. Hablamos de alguna forma de aprender a desilusionarnos un poco en la vida para llegar a lo sencillo, lo obvio, lo simple, lo sobrio. En este proceso que por otro lado es un auténtico viaje interior, implica atención y auto indagación, te das cuenta de lo que importa y de lo que no. Y comienzas a soltar lastres y fantasmas, aunque también personas que quieres. Comienza a aparecer algo del desapego necesario con casi todo, una forma de estar plenamente en el mundo sin pretender agarrar la vida, anclarnos en una amorosa y tranquila vida contemplativa de todos los fenómenos, el odio y el amor, la violencia y la paz, miedo y coraje, la alegría y la tristeza, vida y muerte, luz y oscuridad, etc. todas las polaridades han de poder contemplarse para integrarlas.

La idea de la muerte nos atormenta y nos adentramos en una dicotomía la mayoría de nosotros, ¿es el alma eterna? o ¿ todo se acaba?, la aniquilación total. Existe una manera de navegar hacia otras posibilidades. Una relación más sana con la muerte. En el Taller La Muerte Vincular intentamos encontrar cada uno la suya, la manera de estar más despiertos, más vivos en cualquier etapa de la vida en la que uno se encuentre. Madurar también es darnos cuenta de que cada vez necesitamos soltar más cosas superfluas y seguir afrontando el instante presente y sus infinitas formas de manifestarse.

Psiquiatra Paloma C. Navarro Gómez - Directora del Taller La Muerte Vincular

Dra. Paloma C. Navarro Gómez

Psiquiatra y psicoterapeuta humanista. Creadora y directora del Taller La Muerte Vincular